Un año duro, un año de miedos, de restricciones, de encerrarnos en una burbuja y no poder salir…. de quedarnos en casa. Y mientras otros leían libros, otros hacían ejercicio o aprendían nuevas maneras de ser, la artista se ve inmersa en su mundo interior, un mundo lleno de colores y de sueños, un jardín lleno de mariposas que revolotean a su alrededor y le hacen respirar ese aire puro en esos momentos prohibidos. Son ellas, las mariposas las que le devuelven con nuevos sueños a esta nueva etapa que estamos viviendo, a una nueva realidad que la tierra empieza a sanar.
Esta exposición presenta a la artista, una mezcla de niña y mujer que representa por un lado ese mundo de sueños, de libertad y de volar de flor en flor, esa vuelta a la realidad donde ha soñado con nuevas imágenes y formas de vivir. En ella veréis la mezcla de la mano suelta de la artista con su espátula y su amada geometría desde una nueva perspectiva.